Alzheimer: Cómo combatirlo con ejercicio físico
Si padeces o cuidas a alguien que sufra Alzheimer o que tenga riesgo de padecerla (ya que puede ser hereditaria o aparecer por si sola con la edad), te damos algunos consejos para prevenir o luchar contra esta enfermedad neurodegenerativa gracias al ejercicio físico.
Una persona que realiza deporte, al menos 3 días a la semana, tiene un 60% menos posibilidades de padecer Alzheimer que una persona sedentaria. Cabe destacar, que el papel del deporte en este tipo de personas es más preventivo que terapéutico. Pero también es importante tener en cuenta que la inactividad física juega un papel fundamental a la hora de padecer alguna enfermedad de demencia.
En personas en la que la enfermedad está poco avanzada, el deporte juega un papel muy importante a la hora de frenar la evolución de la misma, debiéndose realizar la actividad física como un hábito más en la vida cotidiana, con una intensidad moderada y una duración de al menos 30 minutos durante 5 días a la semana. Este nuevo hábito mejora el flujo sanguíneo cerebral, aportando así una mayor cantidad de oxígeno y nutrientes al cerebro; mejorando la actividad de las neuronas y disminuyendo la pérdida neuronal.
Además, el deporte disminuye el estrés oxidativo, siendo esta una de las causas de mayor deterioro del sistema nervioso y neuronal. El deporte también puede ayudar a reducir la ansiedad ante situaciones estresantes, mejorando la conducta, la emotividad y los aspectos motores.
A continuación, os vamos a mostrar varios ejemplos de ejercicios, clasificándolos en los cuatro campos de trabajo (resistencia, fuerza, coordinación y puntería).
Es muy importante consultar primero a un médico o a un monitor deportivo especializado, en nuestro caso, podéis hacerlo con Héctor o Vanessa, para que os asesore sobre las limitaciones y recomendaciones a la hora de realizar la actividad física.
- EJERCICIOS DE RESISTENCIA: Son ejercicios de baja intensidad y con una duración de al menos 30 minutos; así como nadar, andar, trotar suave, montar en bicicleta, etc. Es muy importante que dichas actividades se realicen con otras personas, ya que así impulsamos la socialización.
- EJERCICIOS DE FUERZA: Tienen una duración más determinada y con un descanso entre ejercicio y ejercicio de, al menos, 2 minutos. Estos ejercicios deben costar pero nunca sofocar. Los hay tan simples con levantarse de una silla, subir y bajar un escalón, apretar con una mano una pelota antiestrés o una pelota de tenis, etc.
- EJERCICIOS DE COORDINACIÓN: Hay dos tipos de coordinación: fina o gruesa.
- Coordinación fina: No intervienen los grupos musculares grandes (por lo general). Varios ejemplos son pintar con diferentes tipos de lápices, coser, ganchillar, clasificar monedas, etc. Son muy buenos, porque obligan al cerebro a prestar mucha atención y concentración.
- Coordinación gruesa: Intervienen los grupos musculares grandes. Son ejercicios como por ejemplo, botar un balón con una mano o con las dos, mantener en el aire un globo, dar palmadas al ritmo de la música, etc.
- EJERCICIOS DE PUNTERÍA: Es una mezcla de una gran variedad de ejercicios de lanzar un objeto a una zona de recepción. Se puede lanzar con una mano, con las dos, a diferentes alturas, etc. Hay infinidad de ejercicios, valiendo los tradicionales como la petanca, los dardos, etc.